En mi último artículo para Libertad Digital cuestiono el principal argumento teórico contra la sanidad privada (el problema de la selección adversa) y destaco dos modelos con un fuerte componente de mercado (Suiza y Singapur) que no son vulnerables a la crítica que suele hacerse al sistema sanitario americano (excesivo gasto).
Los enfermos crónicos no podrían asegurarse (no hay riesgo a estimar) y tendrían que pagar de su bolsillo el elevado coste del tratamiento. Por otro lado, los más pobres no podrían permitirse la prima del seguro. La reacción instintiva del intervencionista ideológico es reclamar la nacionalización de la sanidad. La respuesta lógica del liberal que acepta intervenciones quirúrgicas es pedir subsidios para los individuos con graves condiciones preexistentes y para los más pobres, sin tocar el resto del mercado. (...)
En Suiza el gobierno solo financia un 25% de los costes sanitarios (en Estados Unidos el gobierno paga casi el 50%). El gasto total en sanidad es similar al de los países con sistemas públicos. Los individuos están obligados a comprar seguro médico privado, que por ley incluye una cobertura básica. Las compañías compiten en precio y servicios, y muchos suizos se decantan por pólizas baratas con deducibles altos. El Estado subsidia a los más pobres (nadie paga más de un 10% de su renta por el seguro), y más de un tercio de la población contrata pólizas suplementarias. No hay listas de espera y los pacientes pueden elegir libremente el proveedor sanitario.
En Singapur el gasto total en sanidad es la mitad que el de España, y sus indicadores de salud son excelentes. Dos tercios de la financiación son privados. Los singapurenses disponen de cuentas de ahorro sanitarias individuales, financiadas con aportaciones obligatorias, a las que recurren para gastar cuando enferman. El Estado subsidia servicios básicos y paga la sanidad a las familias con menos recursos. Hay libertad de elección de proveedor y no existe lista de espera.
Nota: me tomo unas vacaciones de LD también, hasta septiembre. Que tengáis un buen verano.