Varios lectores me han pedido que escriba sobre el incidente de la flotilla. No voy a hacerlo porque no tengo una opinión firme. Sí quiero decir, no obstante, que no me decanto automáticamente por la versión oficial israelí como veo que hacen muchos de mis compañeros de la blogosfera liberal. A mí el gobierno de Israel me transmite la misma confianza que cualquier otro gobierno: muy poca (véase esta "clarificación" sobre el polémico clip de audio y esta retractación del ejército israelí sobre los vínculos de la flotilla con Al Qaeda [véase actualización abajo]). Sobre todo en un contexto de confrontación mediática tan aguda.
Así que frente a relatos oficialistas como éste o éste, o ratificaciones como las del Alto Tribunal, creo que hay que ponderar explicaciones discrepantes como la de Glenn Greenwald en Salon: The Israeli flotilla attack: victimhood, aggression and tribalism
Parto de la base, además, de que el bloqueo de Gaza supone un castigo colectivo y no es éticamente justificable, como no lo es ninguna restricción del libre comercio que empobrezca a civiles inocentes, por bien que su fin sea la seguridad de otro grupo. Promover la miseria en lugar de la prosperidad tampoco es una buena estrategia: cuanto más próspera es una sociedad, más tiene que perder con levantamientos violentos. Los palestinos tienen muy poco que perder con la violencia.
Y pongamos los puntos sobre las íes. No, Gaza no es un campo de concentración y la gente no muere de hambre. Sí, sí que hay un bloqueo de una vastísima cantidad bienes, con la consiguiente mengua de oportunidades y deterioro de las condiciones de vida de los palestinos.
Con todo no pretendo eximir a los palestinos de responsabilidad. Una amplia fracción de la población apoya a Hamás, su fundamentalismo y su terrorismo antisemita (cuidado: también hay judíos belicosos que desprecian las vidas de los civiles palestinos y a mí esta actidud se me antoja simétrica). Muchos palestinos parecen más preocupados en destruir a los judíos que en reconstruir su propio país. La consecuencia de este fanatismo ha sido décadas de miseria. En un plano puramente pragmático, creo que ya va siendo hora de tirar la toalla y cambiar de estrategia.
En general, en el contexto del conflicto árabe-israelí, suelo encontrar mi punto de vista mejor reflejado en el diario de centro-izquierda israelí Haaretz (en contraposición, por ejemplo, al derechista Jersusalem Post). Algunos de sus últimos editoriales:
- Turkey is not an enemy. Compared to Egypt, Turkey has for years maintained close and cordial ties with Israel at all levels. Israelis have considered it a sister nation, trade with Turkey has expanded, and military cooperation has been perceived as a given.
- Breaking out of the siege. If Israel is to break out of the international siege and strategic catastrophe it now faces, it urgently needs a different policy.
- Dangerous incitement. Arab citizens may be the direct victims of government policy and the atmosphere in the Knesset, but all of society will pay the price of the devastation that will result.
Actualización: Barcepundit me pasa este enlace disputando que el clip de audio haya sido manipulado, como cree Max Blumenthal. En los comentarios Tintilín enlaza una nueva nota de prensa del ejército israelí reafirmándose en que algunos activistas específicos tenían vínculos con grupos terroristas (Al Qaeda entre ellos).
Actualización II: Varios reporteros que estaban en el barco disputan la versión israelí y aseguran que los comandos dispararon con munición real antes del abordaje (pero tampoco pondría la mano en el fuego por su relato de los hechos, como si ellos no fueran sospechosos de sesgo o agenda propia)