El empresario Jason Sadler quiere enviar un millón de camisetas usadas a África para vestir a los pobres. La iniciativa ha sido recibida con un alud de críticas por parte de los expertos en ayuda al desarrollo y activistas humanitarios, que la tachan de ineficiente e innecesaria. En mi último artículo para Libertad Digital hablo de esta campaña y del afán por señalizar buenas intenciones por encima de obtener buenos resultados, una actitud que a menudo vemos también en los actos de caridad cotidiana.
Copio dos párrafos:
En realidad, a un nivel menos consciente, lo que busca mucha gente es tranquilizar su conciencia y señalizar que se preocupa por los demás. Si la ayuda es o no efectiva es secundario. Sucede, por ejemplo, en el metro cuando algunas personas se apresuran a sacar cuatro centavos para el mendigo que toca el acordeón. Algunos quizás tienen intenciones genuinamente solidarias, pero otros simplemente están señalizando a los demás pasajeros (y al mendigo) que ellos son solidarios. En cualquier caso, pocos se hacen la pregunta pertinente: ¿la limosna va a ayudarle a salir del pozo, o es un alivio temporal que le incentiva a seguir tocando el acordeón? En lugar de dar limosnas indiscriminadas, quizás sería más efectivo donar el dinero a una ONG que promueva la formación y el trabajo, o que tenga mecanismos de ayuda condicionales.(...)
En Aid Watch recomiendan a Sadler que no dilapide esfuerzos con esta campaña y aproveche sus conocimientos publicitarios para divulgar el mensaje de que donar dinero en metálico es mejor que donar productos. Si divulgar este mensaje no satisface su deseo de ayudar, puede aportar dinero a una ONG con experiencia y dedicada a solventar problemas específicos. Yo añadiría otra opción: invertir en fondos de economías emergentes. No señalizas solidaridad, al contrario, te van a tachar de egoísta y explotador. Pero estarás contribuyendo directamente a crear empresas, puestos de trabajo y riqueza en el país.
Aviso: voy a Nueva York hasta el próximo martes, no estoy seguro de que retome el blog antes del viernes 4 de junio (excepto para enlazar mi columna en Factual).