Paco Capella propone una metáfora muy didáctica sobre la reserva fraccionaria sin descalce de plazos. Paco tiene un negocio en el que custodia y presta sillas, y al final decide tomar prestadas sillas a corto plazo y prestarlas también a corto plazo, manteniendo unas pocas en reserva. Y el negocio es pujante y estable.
En una ocasión sucedió que se agotaron mis sillas prestables, en la tienda no tenían más y todavía había personas que querían una. Mi perspicacia empresarial me llevó a pensar que quizás hubiera gente en el local que estuviera dispuesta a prestarme sus propias sillas, que yo a su vez podría seguir prestando a otros. Me convierto así en un intermediario en el mercado del préstamo de sillas: por un lado me las prestan a mí (yo debo esas sillas, tengo una deuda frente a otros o pasivo, que dice mi contable) y por el otro yo se las presto a otros (me deben sillas, tengo un activo, otros tienen una deuda frente a mí) a un precio ligeramente superior. Mis beneficios proceden de coordinar a distintas partes que no se han dado cuenta de la situación de los demás y no saben que podrían establecer relaciones mutuamente ventajosas con ellos: mi negocio es el punto de encuentro entre quienes les sobran y les faltan sillas.
En el negocio de la intermediación del préstamo no sólo importan las cantidades, los precios y los riesgos: también son muy importantes los plazos. Gestionarlos inadecuadamente puede poner mi negocio en peligro, ya que yo podría suponer un riesgo para mis prestamistas de sillas. Si yo recibo prestada una silla durante una hora lo más prudente es prestarla durante como mucho ese mismo plazo: así cuando me la reclamen de vuelta yo la tendré disponible.
Como algunas personas no saben cuándo van a sentirse cansados y querer sus sillas de vuelta, a veces me las prestan a la vista, o sea hasta que reclamen su devolución. Para no tener problemas con los plazos yo estas sillas también las presto a la vista y las reclamo cuando me las reclaman a mí. Algunas personas se ponen un poco nerviosas y creen que podría haber conflictos de doble disponibilidad sobre estas sillas, pero yo intento explicarles la situación quitando de en medio al intermediario para ver si así lo entienden: si tú me prestas la silla hasta que me la reclames de vuelta, el hecho de que me la prestes muestra que no la estás usando, y dispondrás de nuevo de ella a partir del momento en que me la pidas; yo la utilizo y dispongo de ella hasta que me la pidas.