El este de Londres o "East End" empieza donde acaba la City, el distrito financiero. Es la parte más humilde e insegura de la ciudad, donde históricamente se han agolpado la mayoría de nuevos inmigrantes. Pero tampoco se ajusta al estereotipo de suburbio degradado y peligroso que alimentan muchos londinense. Tiene varios puntos de interés (los mercados de Brick Lane, Columbia Road y Petticoat Lane, el parque de Victoria, el canal que viene de Islington y cruza Mile End), la población es fundamentalmente inmigrante pero diversa, y cuenta con una oferta de servicios similar a la de cualquier otra área de la ciudad. Es algo así como el Raval de Barcelona: más grafiti, más sucio, más delincuencia, más pobres, más carnicerías "halal", pero es un barrio en general tranquilo y donde se puede vivir más barato (nosotros nos planteamos mudarnos cerca de Brick Lane hace un año y miramos varios pisos en la zona). El "East End" se va transformando continuamente conforme llegan nuevas oleadas de inmigrantes y los que se han asimilado y aumentan su poder adquisitivo se desplazan a otra parte.
Brick Lane y los mercados de Petticoat Lane, Spitalfields y Columbia Road son las principales atracciones del barrio (y las más cercanas al distrito financiero). Los fines de semana están abarrotadas de gente (turistas y locales), y por las noches el área de Brick Lane (y más al norte) atrae a la juventud con ganas de fiesta. La estación más cercana es Liverpool Street. Saliendo por Bishopsgate, desde donde se avistan los rascacielos de la City, el mercado de Petticoat queda a 100 metros y el de Spitafields a pocos más.
El mercado de Spitalfields, rodeado de edificios de oficinas, está completamente renovado y orientado a los turistas. Quedan ciertos resquicios de autenticidad (algunos cafés y paradas de ropa). Brick Lane, más allá de Spitalfields, también es turístico pero conserva su carácter alternativo. Como su nombre sugiere, la calle fue el lugar donde se ubicaban los hornos de ladrillos que ayudaron a reconstruir la City después del incendio de 1666. Durante el siglo XIX muchas de las calles adyacentes eran íntegramente judías, pero desde 1960 es el centro de la comunidad bengalí e india. Brick Lane también se la conoce como "Banglatown".
Brick Lane (y Spitalfields) debe visitarse un domingo por la mañana. Recomiendo pasearse por la naves industriales reconvertidas en mercadillos de ropa de nuevos diseñadores, como el Sunday Up Market (eso gustará especialmente a ellas), recorrer todo Brick Lane hacia el norte hasta llegar a Columbia Road (el mercado de la flores), y volver a la zona de restaurantes para comer un buen curry. Por el camino vale la pena detenerse en uno de los dos clásicos Beigel Shops y pedir un beigel con ternera (beef), con mayonesa (opcional) pero sin mostaza (es muy picante y no suele gustar). Que no os eche para atrás la cola, sirven rápido. Otra posibilidad es comer en las paraditas muti-culturales del Sunday Up Market (desde dumplings japoneses a potaje de Etiopía). Si queréis acabar con un buen subidón de azúcar nada mejor que unos dulces de Bangladesh en las pastelerías de la misma calle.
Por la noche (un viernes o un sábado) Brick Lane está muy animado. El ambiente es más alternativo que en otras partes de Londres y no hay turistas. Unos cuantos bares de copas están dispersos en la parte baja, y varios más se concentran en la parte alta, frente a los Beigel Shops (que están abiertos las 24 horas, los siete días de la semana). Está cerca de la zona de Old Street, también con mucho ambiente nocturno.
Mercado de Spitafields:
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