Elkoko incurre en un error bastante común en un comentario a mi artículo sobre el despido libre en Libertad Digital. Vale la pena señalarlo porque, a primera vista, tampoco parece una barbaridad.
Ni el empresario más tonto estaría dispuesto a pagar 18 unidades monetarias por algo que le puede salir por 10 (igual que no contrataría con un proveedor que le cobrase 18 por el mismo producto que otro proveedor le ofrece por 10); estás generalizando una situación minoritaria (trabajadores con alta especialización que pueden llegar a tener cierta capacidad de negociación, como ocurre con los proveedores de productos muy especializados) y extendiéndola a los auxiliares administrativos y peones (el grueso de la oferta y la demanda de trabajo), que se verían abocados a elegir entre trabajar por 4 chavos (o unidades, si lo prefieres) o no trabajar (y no trabajar no es una opción válida si se quiere al menos comer). Y es que si no entiendes que un trabajador no puede utilizar las economías de escala para reducir el coste del producto que ofrece (su trabajo) nunca serás capaz de entender por qué el trabajador no tiene capacidad de negociación sobre el precio de su producto, y de ahí que sea necesaria una regulación para equilibrar la situación de quien demanda (el empresario) y de quien oferta (el trabajador); obviamente, esa regulación deberá proteger a quien cuenta con una desventaja (que es el trabajador), no a quien cuenta con la ventaja.
Por fortuna para los trabajadores no-especializados (yo entre ellos), no hace falta que seamos duchos en el arte de la negociación para obtener un sueldo por encima del salario de subsistencia o el salario mínimo, el mercado "negocia" por nosotros. El error en el planteamiento de Elkoko es la premisa de que el factor escaso es la empresa o el puesto de trabajo. Por el contrario, el factor escaso es el trabajo. Simplificando: no hay muchos trabajadores compitiendo por un mismo puesto de trabajo sino muchas empresas y proyectos de empresa compitiendo por los mismos trabajadores.
En realidad se dan ambas tendencias: hay muchos trabajadores compitiendo por los mismos puestos de trabajo, y muchas empresas ofreciendo sus puestos de trabajo a esos trabajadores. Pero la segunda tiene más fuerza que la primera, porque la oferta de trabajo es finita (hay un número limitado de trabajadores que pueden realizar un número limitado de tareas) y los usos útiles de esa oferta son infinitos (la mano de obra es útil para infinidad de proyectos que aportarían valor a los consumidores). En otras palabras, el factor trabajo tiene infinitos usos útiles y sólo puede utilizarse para unos cuantos, de modo que únicamente el empresario que puje más por ese factor trabajo podrá emplearlo en el uso útil que tiene en mente, y el límite de la puja lógicamente lo marca la productividad del trabajador (el valor que el empresario cree que este trabajador adicional aportará a su proyecto).
En definitiva, el empresario no paga 18 al trabajador en lugar de 10 porque sea tonto, sino porque no tiene más remedio que ofrecer el precio de mercado si quiere que el candidato no se decante por la competencia. Naturalmente la información en el mercado no fluye de manera instantánea y perfecta. Por eso no cabe afirmar que todos los trabajadores cobran o cobrarán un salario igual a su productividad marginal en el corto plazo, sino que ésa es la dirección en la que se mueve el mercado, la tendencia.
Elkoko debería contestar a esta pregunta: si estoy "generalizando una situación minoritaria" y el grueso de trabajadores compiten por los mismos puestos de trabajo, ¿por qué la mayoría recibe salarios bastante superiores al salario mínimo? ¿Tan tontos son los empresarios que van por ahí ofreciendo 1000 euros, 1500 o 2000 al mes cuando podrían ofrecer 624 euros?
Elkoko también debería dar respuesta a esta contradicción, relacionada con la anterior pregunta: si el empresario, en ausencia de regulaciones, pagaría 10 en lugar de los 18 que paga ahora, ¿por qué no paga 10 ahora? Está obligado a cargar con los 8 de las regulaciones laborales, pero nadie le obliga a ofrecer un salario superior al del salario mínimo. Si asumimos que el salario mínimo es 5, el empresario debería estar ofreciendo 13 (5 + 8). Podríamos asumir que el salario mínimo es 10, pero no sería una asunción muy realista dado que la inmensa mayoría de salarios están por encima del salario mínimo.
Básicamente la tesis de Elkoko es una reedición de la muy marxista, y hace tiempo refutada, ley de hierro de los salarios.