Agredezco a Citoyen su honestidad a la hora de responder a mis preguntas. Pocos progresistas están dispuestos a pagar tan alto precio para llevar sus desafortunados principios hasta sus útimas consecuencias. Citoyen es una excepción. Y digo que paga un precio alto precio porque en su comentario hace unos pronunciamientos dignos de ser incluidos en el top 10 de Los dos minutos de odio, aunque algo me dice que no tendremos el placer de verlo.
- A la pregunta "¿estás a favor de la redistribución forzosa de órganos?" su respuesta es sí, desde un punto de vista ético/filosófico. Desde un punto de vista práctico es "escéptico con la gestión del riesgo".
- A la pregunta, "¿deberían los guapos que derivan satisfacción de su guapura compensar económicamente a los feos?" su respuesta parece ser afirmativa (aunque no tiene claro que haya gente que derive satisfacción de su atractivo físico natural). De nuevo ve complicada su puesta en práctica.
El primer pensamiento que me viene a la cabeza: menos mal que redistribuir órganos y compensar a los feos no es práctico, porque si lo fuera y dependiera de Citoyen estaríamos apañados. Cada vez que los hooligans progresistas citen demagógicamente la prostitución infantil o el esclavismo voluntario como representativo o consustancial al anarcocapitalismo deberíamos recordarles que uno de sus compañeros (que no tiene nada de hooligan) defiende en principio la redistribución forzosa de órganos. Cada vez que los progresistas hagan aspavientos porque los liberales defendemos el comercio voluntario de órganos deberíamos recordarles que el argumento a favor de la redistribución de la renta justifica lógicamente la redistribución de órganos, tal y como admite uno de sus más racionales compañeros.
Citoyen criticó mi planteamiento hipotético sobre la redistribución física por irreal. Mi objeción fue que el "velo de la ignorancia" rawlsiano también es irreal pero él no tiene problemas en utilizarlo. Su contra-réplica:
Es irreal pero es una buena sistematización/operacionalización de nuestras intuiciones morales; aquéllas cosas que no dependen de nuestra voluntad no deben afectarnos.Ken Binmore, por ejemplo, explica que pensamos en términos Rawlsianos por razones evolutivas (asegurar los riesgos exógenos es un mecanismo evolutivo que maximiza el esfuerzo individual).
Me parece una explicación poco fundamentada (contesto más abajo a lo de "pensar en términos rawlsianos"). Tampoco se molesta en fundamentar esta otra:
concedo que el liberalismo (anglosajón) (vis infra) que puede tener consecuencias incómodas, no obstante, tiene menos que cualquier otra teoría-desde luego menos que el libertarianismo.
Llevo varias entradas defendiendo que los argumentos a favor de la redistribución de la renta o de la herencia chocan con las intuiciones morales de la gente o que éstas no respaldan la redistribución con la fuerza que Citoyen alega. Por ejemplo aquí:
¿Por qué es injusto aprovecharnos de los talentos, características, circunstancias, etc. que la naturaleza ha puesto a nuestro alcance? No es cierto que nuestras intuiciones morales apunten en esa dirección. La gente vincula el mérito con la justicia en muchos casos, pero no lo hace en muchos otros. También cree que el azar juega un papel importante y legítimo en la vida, y procura sacar partido a sus atributos, talentos y circunstancias sin sentir remordimientos por ello. De hecho es difícil reconciliar nuestra individualidad y sentido de la existencia con la idea de que nuestros talentos y características innatas son en cierto modo indignas y necesitan de represión y correctivos.
O aquí:
La gente cree en el mérito pero lo vincula a la ética/justicia en el margen. Las personas en general no vemos nada malo en beneficiarnos de nuestros atributos, talentos, circunstancias, suerte etc. De hecho en buena medida “ser persona” consiste en eso (tampoco está claro, como explico en el post, que el mérito sea perfectamente separable y discernible de las causas exógenas). La gente intenta en todo momento sacar partido a sus atributos, talentos y circunstancias, y no siente el más mínimo remordimiento por ello pese a que, según tú, la satisfacción que extraen es “ilegítima”. Por qué tú, Dworkin, Rawls etc. véis esas causas exógenas de satisfacción como algo impropio que hay que reprimir o corregir se me escapa. Además, en relación con la herencia, considera lo siguiente: a nadie le gusta que el Estado grave la herencia cuando se trata de la suya, muchos sí ven con buenos ojos que grave la de los demás, especialmente la de las familias más adineradas (pero de nuevo, si ellos fueran adinerados no querrían que el Estado se inmiscuyera). Sucede lo mismo con los impuestos en general y con los subsidios. Creo que esta realidad no nos dice tanto sobre intuiciones morales de la gente como sobre la envidia y el propio interés.
En cuanto a la alusión a Binmore y a que la gente piensa términos rawlsianos, yo creo que la gente detrás del velo de la ignorancia llega a conclusiones redistribucionistas/intervencionistas porque parte de posiciones redistribucionistas/intervencionistas. El razonamiento rawlsiano es básicamente circular. La gente cree que la redistribución/intervencionismo maximiza el bienestar de la sociedad, garantiza más oportunidades etc. Los liberales sostenemos que el libre mercado maximiza el bienestar de todos, ofrece de facto más oportunidades, multiplica las fuentes y medios para ayudar a los más necesitados, permite asegurar los riesgos exógenos privada y eficientemente etc. Desde nuestro punto de vista, si los socialistas supieran más economía el resultado detrás del velo de la ignorancia sería distinto. Si Rawls hubiera leido la Acción Humana a lo mejor hubiera llegado a una conclusión liberal detrás de su velo.
Por último, me sorprende esta forma de despachar mi argumento:
No creo que tu argumento sea sostenible-es decir, no creo que tu presunción sobre la oposición de la gente [a la redistribución] sea adecuada.
Propongo que Citoyen haga una encuesta a sus compañeros de la "izquierda racional" (también, por qué no, a los de la "izuiqerda irracional") a ver qué opinan de la redistribución forzosa de órganos. Estoy ansioso por ver si las asunciones de Citoyen con respecto a las intuiciones morales de sus colegas y sus implicaciones lógicas son adecuadas.