Citoyen responde a su propio reto (aquí se enlazan las respuestas de otros blogueros y aquí y aquí podéis leer las mías).
No me convencen sus dos argumentos defendiendo la idea de que el mercado corrompe la moral de la gente. El primero:
En primer lugar, es evidente que produce un efecto de corrupción sobre la gente (...) Una sociedad basada en el intercambio impersonal es también una sociedad basada en el anonimato: esa situación dónde nadie observa lo que uno hace, y por lo tanto tampoco puede valorarlo.
Resulta, además, que existe bastante evidente experimental (1) que demuestra que los individuos tendemos a romper reglas sociales cuando no son observados por nadie.
Citoyen no opone a este argumento mi punto 3
El mercado premia la buena reputación. Las marcas, las empresas, las personas, necesitan forjarse una buena reputación si quieren que los consumidores u otras empresas les otorguen su confianza. La empresa que defrauda o abusa de la confianza de sus consumidores tiene poco recorrido en el libre mercado. Las empresas que no cultivan una imagen acorde con los valores morales de sus potenciales consumidores no puede aspirar al triunfo a largo plazo. La reputación también está asociada a comportamientos que consideramos morales (honestidad, esfuerzo, sensibilidad/solidaridad etc.) En otras palabras, es difícil adquirir buena reputación en el mercado si repudias estas conductas y no las asocian a tu imagen.
Los incentivos para labrarse una buena reputación contrarrestan hasta cierto punto los efectos corruptores del anonimato. En rigor, la reputación solo juega un papel en la medida en que no hay anonimato, y es obvio que la reputación juega un papel esencial en el éxito de las empresas, luego el anonimato es menos prevalente de lo que Citoyen afirma. El mercado promueve un nivel óptimo de transparencia: los consumidores valoran saber si la empresa es de confianza, no necesitan saber quiénes son los accionistas ni cuál es la orientación sexual del CEO.
Nótese también la tensión entre el siguiente párrafo (uno de los efectos positivos del mercado) y su argumento sobre anonimato:
Era un modelo corporativista con empresarios relativamente paternalistas que actuaban como “benefactores de sus empleados”; recordad al comité de empresa de Rumasa en el anuncio de Ruiz Mateos. o el Banesto de Pablo Garnica. Hoy al contrario, las empresas han dejado hasta cierto punto de lado esa perspectiva. En el caso de Banesto, pensad en Mario Conde; un tipo feroz en el ámbito de la empresa pero que asistía a cenas por causas pseudonobles. Hoy las empresas se interesan por la “responsabilidad social corporativa” pero tratan a sus empleados como “recursos humanos”.
Citoyen relaciona este efecto con la mayor disponibilidad de medios generada por el mercado, pero en realidad el interés por la "responsabilidad social corporativa" y otras cuestiones de imagen está relacionada con los incentivos para forjarse una buena reputación (lo cual requiere cierto grado de transparencia/ausencia de anonimato).
Por último, Citoyen dice al principio que contrastará el mercado con los sistemas alternativos, pero creo que se ha olvidado (o a mí se me ha escapado). Mi opinión: el mercado fomenta la buena reputación, ¿de qué manera fomentan la buena reputación otros sistemas que no están enfocados a servir a los consumidores, y en qué sentido los sistemas alternativos son menos anónimos?¿Son los funcionarios y los burócratas que toman decisiones menos anónimos que las empresas en el mercado? ¿No es acaso la responsabilidad del Estado y de sus dirigentes tanto o más limitada, a efectos prácticos, que la de los accionistas y gestores de corporaciones? Si los empresarios mintieran tanto y hicieran tanto mal como los políticos, dudo que salieran tan bien parados. La mayoría de nuestros políticos son más criminales que Mario Conde, pero muchos de sus crímenes son "legales".
El segundo argumento de Citoyen acerca de los efectos negativos del mercado sobre la moral es éste:
[M]uchas sociedades de libre mercado suelen generar instituciones sociales basadas en el individualismo-ético-egoista. Supongo que es algo que llega por lo menos hasta Morgan y Rockefeller que habían, ambos, leído a Spencer.Una sociedad dónde existe la idea de que cada uno es responsable de su propia suerte, puede ser una sociedad menos moral en la medida en que el peso que se le otorga al bienestar de los demás es menor del que otorgamos al nuestro.
El argumento está bien construido pero está basado en una premisa que no comparto.
Los principios de la gente son más morales cuanto más altruistas, es decir, entiendo moralidad por oposición a egoismo.
Desde mi punto de vista el egoismo no es inmoral entendido en el sentido randiano de luchar por tus sueños, crear y gozar de los frutos de tu intelecto y esfuerzo, servirte a ti mismo y a tus seres queridos sin esperar que los demás dediquen su vida a servirte. De hecho este egoismo racional me parece profundamente moral y virtuoso. Quienes no guián sus acciones de acuerdo con este principio no están, en mi opinión, viviendo en el sentido pleno del término.
Sin duda hay espacio para el altruismo en una vida moral (concedo bastante más espacio al altruismo que Ayn Rand), pero no es un valor absoluto. Ayudar a los demás y ayudarte a ti mismo no son incompatibles. Por otro lado, muchas veces somos altruistas por motivos egoistas, porque nos hace sentir bien.
Veámoslo desde el punto de vista del beneficiario del altruismo. Por razones de simetría si el altruismo es moral, aceptar altruismo no puede ser inmoral (o sería moral hacer que otro actuara inmoralmente). Pero es evidente que vivir de los demás como un parásito, en estado de dependencia voluntaria, tiene bastante de inmoral. Pedir a los demás que sacrifiquen su vida por ti, o aceptar de forma recurrente que los demás te sirvan, no es propio de una vida recta y virtuosa. Luego el altruismo, desde este ángulo, tampoco es un valor moral absoluto.
Sea como fuere me extrañaría que Citoyen fuera 100% (o 50%) altruista, y me extrañaría aún más que tenga la autoestima por los suelos o se odie a sí mismo por ser tan egoista e inmoral. Luego no creo que ni él se crea su propia premisa.